acción consciente

Crónicas desde Accionalandia (I)

Mi andadura personal en el camino del autoconocimiento lleva un tiempo detenida en Accionalandia. Es un lugar muy complejo, con sus propias leyes. Las leyes que rigen las acciones, por supuesto. Todas las acciones: las vuestras, las mías, las de todo el mundo, interrelacionándose en un delicado equilibrio. Estudiar y experimentar el significado profundo de la acción es lo que me toca en estos momentos.

¿Os acordáis de la frase «Paren el mundo, que quiero bajarme»? Pues no es posible. Este plano de la realidad donde el ser humano habita es pura acción. Incluso, cuando tomamos la decisión de no actuar, eso es una acción. No podemos bajarnos en la próxima parada: hemos venido a esta vida para actuar.

Y el valor de nuestra actuación va a depender de si somos buenos actores o no.

Fijaos que estoy hablando de valor, no de resultados. Porque el resultado de nuestras acciones… sólo depende en parte de nosotros.

Cuando uno llega aquí con el corazón abierto y la confianza ciega piensa que no hay nada imposible para la persona voluntariosa y trabajadora. De hecho, esa es una creencia errónea que muchos tenemos (será por lo de «ganarás el pan con el sudor de tu frente»). Aquí es donde nos damos cuenta de que a veces no basta con querer, ni con empeñarse porque, desde una perspectiva macrocósmica, puede que no estemos ni en el momento ni en el lugar adecuado para obtener esos resultados que a todas luces nos parecen obvios y merecidísimos.

El I Ching suele decir: «Es tiempo de esto», refiriéndose a situaciones que escapan totalmente a nuestro control y no dependen de nuestra actuación. Es lo que toca, «la suerte», que decimos nosotros, pero porque ignoramos la intrincada trama de las acciones que mueven todo el Universo y del que nuestra propia existencia forma parte.

Ante el desconocimiento de las causas que operan en nuestra vida, obsesionarse con nuestras metas es un error. Porque, ¿y si lo que deseamos no es lo que más nos conviene? ¿Y si lo que se está tejiendo es un desenlace distinto?

la acción y la no acción

Para averiguarlo no nos queda otra que seguir jugando. Y el valor de la jugada reside en los pasos que vamos dando y en cómo los damos. Nuestra actitud frente a la vida es lo que cuenta realmente, y esa actitud, ya sea en el éxito como en el fracaso, no puede ser, en principio, más que de aceptación: las cosas están así, de acuerdo, vamos a ver qué podemos hacer.

Y después, podríamos hablar de perseverancia, si es que nos toca esperar. O de entrega, si es que debemos soltar algo que nos está impidiendo avanzar. O de flexibilidad, si es que tenemos que adaptarnos a ciertas situaciones. O de orden, si es que necesitamos organizarnos mejor. O de autodisciplina, si seguimos reiterando los mismos errores… La Vida nos lo indicará, si es que sabemos escuchar.

Sigo en Accionalandia. Os cuento más en Crónicas desde Accionalandia II

Os abrazo, María

Imágenes: Wikimedia Commons: 1. Karma AS. Copyrighted to Himalayan Academy Publications, Kapaa, Kauai, Hawaii. Licensed for Wikipedia under Creative Commons 2. Violence (Himsa) Gouache on Paper, XVIIth Century, Gujarat.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Feli

    Hay ocasiones en que se desearía actuar pero se tienen la manos atadas. No nos queda otra que enviar con nuestra mente la fuerza de que disponemos para que alcance a quienes toman nuestro lugar y proceden a llevar a cabo las acciones que hubieran tenido que ser efectuadas por nosotros mismos, pero no es posible. Sigue curándonos con tus valiosas exposiciones. Un abrazo.

    1. La aceptación es una lección difícil de aprender. Ser capaces de entregar lo que más nos importa, más aún. Me alegra que estos artículos te sean útiles. ¡Un abrazo!

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