Maestro Interior

Seguir la huella del Maestro Interior

Imaginaos que estamos perdidos en el desierto. Desesperados. Sin saber hacia donde tirar. Y de repente aparece una huella humana en la arena. La impronta perfecta de otros pies que ya estuvieron ahí, antes que nosotros. Y a esa huella sigue otra huella mostrándonos una dirección a seguir. Así que, sin dudarlo, y llenos de esperanza, seguimos ese rastro que nos guía, sin saber muy bien a dónde, pero confiando en que nos rescate de ese lugar árido y vacío en el que nos encontramos. Atentos, colocamos nuestros pies sobre las marcas de esas pisadas. Y emprendemos el camino.

EL MAESTRO INTERIOR

Esa huella en la tierra es para mí el símbolo del Maestro Interior que nos guía en la vida.

Más allá de los impulsos y deseos del ego, hay otro motor más profundo que con paciencia infinita nos encamina hacia el encuentro de nosotros mismos. Llamémoslo intuición, corazonada, sexto sentido… Aquello que te hace elegir desde la verdadera libertad y no desde el miedo o la arrogancia, no desde el placer o el dolor.

SIGUIENDO LA VERDAD INTERNA

¿Qué es lo que se debe seguir? Siempre lo correcto, lo que para nosotros corresponde a nuestra verdad interna. Cuando nos alineamos con nuestro Maestro Interior la intuición se despierta espontáneamente y se convierte en el faro que nos guía en nuestras decisiones y acciones.

Cuando esto sucede la vida se dulcifica. Hacer lo correcto se convierte en una elección sencilla. Momentos mágicos, en los que nos encontramos en estado de gracia, alineados con todo lo que nos rodea. Así os lo contaba en este artículo: ¿Casualidad o Sincronicidad? 

CUANDO LA BRÚJULA INTERNA DESAPARECE

En otros momentos, en cambio, el rastro se perderá, el faro dejará de emitir su luz. Nuestra brújula interna desaparecerá y la soledad se hará más acusada. Nuestras estructuras se tambalearán y habremos de detenernos y hacer acopio de fuerzas para sostenernos hasta que podamos reanudar el seguimiento.

Cuanto más avanzamos en el camino del autoconocimiento más arduas son las pruebas que la vida nos exige. Podríamos pensar que, como ya somos más sabios, no necesitamos ayuda. Sin embargo, cuanto más avanzamos, más humilde y entregada ha de ser nuestra actitud. El más sabio es aquel que no se cree un sabio. El verdadero maestro es aquel que sigue considerándose un aprendiz.

Nunca dejamos de aprender porque seguimos caminando, porque nuestra posición y nuestro estado nunca son definitivos, porque queda mucho por avanzar, por crecer, por evolucionar.

I CHING Y EL SEGUIMIENTO

Maestro InteriorHay un hexagrama en I Ching que está relacionado con todo esto que estoy contando. Se trata del hexagrama 17: El seguimiento.

En el trigrama inferior Trueno, el Hermano Mayor. En el trigrama superior Lago, la Hermana Pequeña. El Hermano Mayor sostiene y, a la vez, guía a la Hermana Pequeña, que se ve impelida a avanzar.

Así sucede cuando escuchamos la voz de nuestro Maestro Interior o Hermano Mayor: una fuerza irresistible nos impulsa a profundizar en nuestro interior, sin perder de vista las huellas o señales del camino que nos confirmarán que estamos avanzando correctamente.

Recibir este hexagrama sin mutaciones es muy positivo.  Recuerdo vivamente una pregunta que hice a I Ching al término de una consulta. Pregunté al oráculo: «¿Quién eres?» Y él me respondió con el Hexagrama 17 sin mutaciones.

Indudablemente, me sentí sostenida, guiada y confiada. Lago, la Hermana Pequeña, tiene entre sus atributos la alegría y la serenidad. En aquella pregunta yo me identifico con Lago. Y Trueno, el Hermano Mayor, es mi Maestro Interior.

Siempre que estamos alegres, serenos y confiados podemos hallar fácilmente  las huellas del Maestro Interior. Por el contrario, si estamos preocupados o nos falta claridad ante un asunto, podemos perder el rumbo.

Pero el Hermano Mayor sigue ahí, lo que ocurre es que no lo vemos. Él sigue pacientemente esperando a que volvamos y nos ayudará dejando aquí o allá alguna pista, alguna huella, que nos ayude a continuar nuestro camino vital.

Os abrazo, María

Imagen: Wikimedia Commons

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Ana

    Gracias María, por ir dejando esas huellas que siempre me llevan a la reflexión.
    Un abrazo,
    Ani

    1. maría ródenas

      El sabio no se fía de su mente limitada. Se detiene, se recoge en silencio y se escucha. Ahí vuelve a encontrar el rastro.
      Gracias a ti, amiga

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