¿Tienes media hora al día para comenzar una práctica que te va a proporcionar un gran beneficio? En el artículo de hoy voy a hablarte de tu voz interior: qué es, qué es lo que quiere decirte, qué ocurre cuando no puedes o no quieres escucharla y cómo contactar con ella.
UNA VOZ QUE QUIERE HACERSE ESCUCHAR
Un día más en la gran ciudad. A mi alrededor la gente viene y va, inmersa en la rutina del trabajo o llenando la agenda de mil y una actividades para que al final del día te sientas satisfecho (y agotado)
Y ¿qué tal si paramos un momento y decidimos no hacer absolutamente nada?
Te digo por qué no lo hacemos. No hacer nada de nada nos asusta. Porque entonces afloran los diálogos internos. Y con ellos las temidas pero necesarias preguntas: ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿A dónde voy? Etc, etc.
Estas preguntas “profundas” no suelen surgir cuando estás inmerso en una tarea. Pero cuando la actividad cesa y con ella el ruido mental, puedes descubrir que hay una voz interior que quiere hacerse escuchar.
¿No sabes de qué voz te hablo? Pues te aseguro que esa voz está dentro de ti y puede que ya te haya transmitido cientos de mensajes. Lo que ocurre es que no te has parado a escucharla.
¿QUÉ QUIERE DECIRTE TU VOZ INTERIOR?
Me imagino que lo mismo que a mí.
- Que eres un ser maravilloso con un gran potencial que descubrir. Y que ya es hora de que descubras todas tus fortalezas (y aprendas de tus debilidades) para dar rienda suelta a todo lo que llevas dentro.
- Que tu vida puede ser mucho mejor si empiezas a vivirla conscientemente, abandonando la inercia y eligiendo aquellas reacciones que te hacen sentir bien y no crean distorsiones a tu alrededor.
- Que ya estás tardando, que no lo dejes para cuando tengas más tiempo, ni para cuando todos tus problemas se resuelvan. Le damos prioridad a estas cosas debido a su contundencia, pero estamos poniendo el foco en el lugar equivocado. Lo prioritario, y lo que más nos puede ayudar, es desarrollar nuestra conciencia.
¿QUÉ OCURRE SI NO ESCUCHAS TU VOZ INTERIOR?
Pues que vas a vivir más de una crisis, ya sea una enfermedad, un problema laboral, un conflicto familiar o de pareja… Si no desaceleras y sigues embistiendo la vida en vez de escuchar sus mensajes, puede que acabes estrellándote.
El malestar y el sufrimiento suelen ser buenos acicates para bajarnos del pedestal y comenzar a escuchar y a escucharnos.
De hecho, muchos saltos de conciencia se han producido cuando la persona vive circunstancias extremas.
Así ha sido en mi caso.
¿Pero es siempre necesario?
Pienso que no. También podemos aprender de la experiencia de los demás. Y no cometer los mismos errores que ellos.
¿CÓMO ESCUCHARTE?
No hay un modus operandi que funcione para todo el mundo. Pero te resumo lo que yo he aprendido, puesto en práctica y me ha funcionado:
FASE 1:
Dedica un tiempo todos los días a estar en silencio y contactar contigo mismo. En un primer momento, seguramente se van a producir muchos diálogos internos a los que hasta ahora no has querido prestar atención. Si esto sucede:
- Intenta distinguir las quejas y los deseos de la mente de tus anhelos más profundos. La voz interna no te va a hablar de caprichos que no puedes conseguir. Más bien te va a ayudar a reorientar tus pensamientos, tus emociones y tus acciones para que ayuden a que todo tu potencial se manifieste.
- Observa a tu alrededor. Hay muchos mensajes que pueden haberse materializado ya en el exterior: situaciones, experiencias y relaciones chocantes o repetitivas pueden estar hablándote de un patrón que quizá está impidiendo que avances en tu camino.
- Observa tu cuerpo: la enfermedad también es un mensaje que nos habla de desarmonías internas que pueden haber calado hasta el cuerpo físico con el fin de llamar nuestra atención.
FASE 2:
Intenta ir más allá de los diálogos internos y de lo que has observado en tu proceso de autoconocimiento. Acéptalo y entrégate al silencio.
- No te preocupes si no consigues mantener la concentración más que unos segundos y los pensamientos vuelven a ocupar tu mente. No les hagas caso, déjalos ir sin acritud y vuelve a sumergirte en tu espacio de escucha.
- La clave es estar relajado y concentrado al mismo tiempo. Es el estado de la meditación, donde no se produce ningún esfuerzo. Permanecer así, aunque solo sea unos instantes, ya te va a otorgar muchos beneficios.
- Con el tiempo puede que te lleguen colores, imágenes, palabras o frases sueltas, ideas o emociones… Son los llamados insights. Sabrás cuando esta información proviene de tu voz interior y no de tu mente.
- Anota todo lo que surja en estas sesiones y vuelve a leerlo al día siguiente. Comprueba si resuena con algo que estás viviendo en estos momentos
LAS VACACIONES: UN TIEMPO PARA ESCUCHAR TU VOZ INTERIOR
Si estás de vacaciones en estos momentos te animo a reservar un ratito todos los días para ti, para conectar contigo y escucharte.
En el caso de que estés cerca de la playa, el bosque o la montaña, aprovecha también para conectar con la naturaleza y las energías del sol, el agua, las rocas, las plantas y los animales. Cuando descubres que hay otras conciencias diferentes de la humana y puedes comunicar con ellas, esto te ayuda a desapegarte de tu realidad cotidiana y a sentir que formas parte de algo mucho más grande.
Me alegraría mucho que pudieras conectar con todo ello, aunque fuera solo un instante. Entonces, entenderías de lo que te estoy hablando y siempre querrías volver a vivirlo.
Y si ya lo has experimentado, continúa adelante. El camino tiene aún mucho que ofrecer.
¿Escuchaste alguna vez lo que tu voz interior quería decirte? ¿De qué manera entras en contacto con ella? ¿Estás intentándolo pero tienes dudas? Espero que lo compartas conmigo más abajo donde dice «Deja un comentario».
Os abrazo, María
Hola, María:
¿Qué lugar ocupa la poesía en la voz interior?
Gracias,
Fernando
Hola Fernando, qué lindo comentario. Hay una poesía que nace de lo más profundo de nuestras emociones. A través de ella dejamos constancia de nuestros pasos en el camino del autoconocimiento. Todo lo que amamos, todo lo que nos duele, todo lo que anhelamos, todo por lo que nos esforzamos.
Pero también hay una poesía que nace del espíritu: es la poesía del goce, de la plenitud, de la paz, del alivio, del descanso… De saber que todo está bien.
Ambas son susurradas por la voz interior, cada una a su tiempo, pues cuando comienza la escucha atenta, hay dos posibles fases: una en la que todo se sacude hasta los cimientos, para cuestionarlo todo. Y otra en la que va llegando la entrega y la aceptación y, con todo ello, una mayor paz.
Un abrazo
Gracias mil por todo
Gracias a ti Belén, por estar ahí. Un abrazo