Dónde tienes el corazón -

¿Dónde están tus intereses? ¿Qué pensamientos te ocupan todo el rato? ¿Qué es lo que más te preocupa? Cierra los ojos y compruébalo. Ahí, en eso que no te puedes quitar de la cabeza, en eso que te obsesiona, ahí es donde tienes el corazón.

EL CORAZÓN PESA

¿Sientes a veces que el corazón te pesa? ¿Qué no puedes con tu alma?

Si para ti la mejor parte del día es el momento de meterte en la cama, apagar la luz y desconectar… quizá es que te estás exigiendo demasiado.

Puede que te hayas creado muchas expectativas acerca de tu vida.

O que te hayas sobrecargado de actividades que te ocupan mucho tiempo y te aportan poco.

Ya no hay disfrute, todo es serio, demasiado importante…

El caso es que llegas exhausto a la noche, con el corazón pesado.

Vivir se ha convertido en una «obligación» de la que quieres zafarte cerrando los ojos…

VOLVER AL CORAZÓN LIGERO

Si este es tu caso, te habrás dado cuenta de que tienes el corazón en intereses, pensamientos y sentimientos que te desgastan.

¿Cómo volver a tener el corazón ligero? ¿Cómo relajarse y disfrutar de la vida?

Dónde tienes el corazón es muy importante.

Te comparto siete claves que te pueden ayudar.

1-APRENDE A DECIR NO

Lo primero es decir adiós a todas aquellas actividades que no te nutren e, incluso, te roban la energía. Me refiero a todos esos compromisos a los que no sabes decir que no, pero que te están agobiando.

Te cuento una anécdota personal: una vez ayudé en la limpieza de un piso tras una reforma. Y no me refiero solo a barrer y a fregar, también tiré de espátula y de rasqueta para dejar aquello más o menos decente. El caso es que yo no quería hacer lo que estaba haciendo. Estaba muy enfadada por dentro. ¿Resultado? En mi mano derecha se formaron dos callos y ahí se han quedado para siempre. Toda la rabia reprimida salió por ahí. Porque fui incapaz de decir no.

2-DEJA DE «MATAR EL TIEMPO»

Revisa tu agenda y tacha todas aquellas actividades que realizas para «matar el tiempo». Qué gráfica la frase, ¿verdad? El tiempo es oro, la vida es muy corta y todos esos ratos que desaprovechamos podríamos emplearlos en actividades que nos nutran de verdad. Échale un vistazo al artículo Cómo dejar de acumular y ser más libre, donde te planteo este tema y muchos otros relacionados.

3-NO TE TOMES TAN EN SERIO

Deja de tomarte tan serio. Vivir la vida con seriedad nos lleva a estar frecuentemente tensos y preocupados. De acuerdo que nuestra vida es importante, pero no es necesario ser graves y solemnes a todas horas. Dejar de mirarse el ombligo y mirar a los demás a los ojos nos puede ayudar a comprender que lo que sucede a nuestro alrededor también es importante. Una actitud relajada, flexible, abierta, atenta y dispuesta nos ayudará a entendernos mejor y a sacarle más partido a la vida.

4-MENOS EXPECTATIVAS

No tengas demasiadas expectativas, es decir, no pretendas controlar siempre los resultados de lo que haces. A veces, cuando emprendemos un camino con unos objetivos concretos podemos observar cómo estos van cambiando. Al final, el resultado puede ser algo totalmente distinto a lo que habíamos planeado. Si somos flexibles, si tenemos pocas expectativas, aceptaremos lo que la vida nos va deparando. Y trataremos de sacarle el máximo partido. Es lo que se conoce como fluir con la vida.

5-MÁS EXPECTACIÓN

La expectación no es lo mismo que las expectativas. Tener expectación es tener entusiasmo y curiosidad en nuestra vida. Es ese sentimiento que te hace saltar de la cama con ilusión porque empieza un nuevo día. Es, exactamente, lo que necesitas cuando emprendes un nuevo proyecto: muchas ganas.

6-ENCUENTRA TU MOTIVACIÓN

Busca qué te motiva y enfócate en ello. De acuerdo que igual no puedes dedicarle las veinticuatro horas del día, pero reserva un hueco en tu horario para desarrollarlo. Lo más grande posible. Que sea tu momento feliz.

7-AGRADECE

Una amiga me comentaba hace poco que ella agradece siempre, tanto si le ocurre algo «bueno» como algo «no tan bueno». En el primer caso, genial, hemos fluido con la vida, hemos estado en el lugar y el momento adecuados y nos ha ido bien. En el segundo caso no ha sido así, pero no hemos salido de balde, hemos ganado experiencia y un aprendizaje.

La gratitud es parte de un corazón ligero: «Gracias a la vida, que me ha dado tanto…»